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miércoles, 23 de abril de 2014

Veracruz en la colonia

XALAPA Y SUS ALREDEDORES
Época Colonial
Los primeros ibéricos que llegaron a Xalapa fueron Hernán Cortés y sus soldados, quienes arribaron a la población el 17 de agosto de 1519, en viaje de la costa veracruzana a Tenochtitlan. La región estaba escasamente poblada, pero la llegada de los españoles marcó el inicio de una serie de cambios paulatinos, origen de su futuro auge y desarrollo. El caserío quedó como punto de paso de conquistadores y colonos. Desde entonces, los caminos que enlazaban la capital novohispana con el Puerto de Veracruz tuvieron singular relevancia en el control de las rutas comerciales.
Para 1553, fecha en que Antonio de Mendoza, primer virrey, llegó a gobernar la Nueva España, Xalapa se consideraba como punto de escala necesario, y con el tiempo adquirió mayor importancia porque el calor y la insalubridad tradicionales del puerto de Veracruz obligaron a viajeros, políticos, militares y comerciantes a utilizar este poblado como residencia temporal.
Una vez efectuada la conquista de México, los religiosos españoles procuraron la conversión de los indígenas a la religión cristiana. Con ese fin se fundó en Xalapa, en 1555, el convento de San Francisco, donde hoy se encuentra el parque Juárez.
CatedralLos españoles destruyeron los templos indígenas levantando en su lugar templos cristianos. Así fue como se construyeron El Calvario, en Xallitic; San José de la Laguna en Techacapan, y Santiago en Tlalnecapan. En el centro de las cuatro poblaciones se construyó la iglesia de Santa María de la Concepción, que es hoy la catedral de la Arquidiócesis de Xalapa.
En el aspecto político, Xalapa, por su condición de pueblo indígena encomendado a la corona española, y debido a la importancia económica que adquiría, se convirtió en corregimiento y luego en cabecera de la alcaldía mayor. Es probable que éstas hayan comenzado a ejercer entre 1531 y 1535.
Las primeras expediciones españolas intercambiaron mercaderías europeas con los indígenas. Entre quienes acompañaban a Hernán Cortés venían dos soldados y comerciantes que dejarían su huella en Xalapa: Jerónimo Pérez de Salazar a quien apodaban "El Lencero" y Juan Sedeño. El primero estableció una venta en el camino nacional que conducía a la costa veracruzana; el segundo fundó otra junto al río Quetzalapa. La gran cantidad de productos de la región, los innumerables oficios que se creaban y las condiciones inmejorables de la ruta Veracruz-México brindaron a los comerciantes xalapeños la oportunidad de establecer vínculos con los del Altiplano y los del puerto de Acapulco, y traficar con bienes de Filipinas, China y Japón. El resultado final fue el nacimiento de un movimiento mercantil local que con el transcurso del tiempo fue cobrando cada vez mayor fuerza. Esta prosperidad mercantil se vio reforzada por los ataques piratas al Puerto de Veracruz, lo que convertía a Xalapa en un lugar más seguro.
Cuando empezó a crecer el comercio entre Europa y la nueva colonia española, la apertura de la ruta México-Orizaba-Veracruz restó importancia a Xalapa como lugar de tránsito, haciendo que su población se mantuviera casi estacionaria durante el siglo XVII.
De ese estancamiento la sacó la primera "Feria de Xalapa", celebrada en 1720, a la que siguieron otras gracias a las cuales el pueblo adquirió cada vez más importancia al recibir la afluencia de numerosos comerciantes de la Nueva España que llegaban a vender sus productos y a comprar los procedentes de la península ibérica.
La feria se realizaba en la Plaza del Rey (ubicada donde hoy se encuentra el Mercado Jáuregui), donde también se celebraban las juras de las autoridades, lo que propició edificaciones y establecimientos de toda índole, desde la casa de gobierno hasta hostales y posadas. Durante esta época San Francisco (el centro) quedó unido con los barrios indígenas. La ciudad recibió entonces el nombre de Xalapa de la Feria. Esta celebración comercial se realizó hasta 1788 y en total fueron dieciséis las ferias organizadas.
El crecimiento de Xalapa en población, cultura y comercio registrado durante el siglo XVIII hizo que los habitantes pidieran al virrey Juan Vicente Güemes Pacheco Padilla, segundo conde de Revillagigedo, que solicitara al rey Carlos IV de España la elevación de la población a la categoría de villa. La solicitud fue atendida por el monarca español, quien concedió el título de villa y autorizó el Escudo de Armas, mediante Reales Cédulas expedidas el 18 de diciembre de 1791.
 http://www.uv.mx/congresoingenieria/turistica/colonial.html

SIGLO XVIII
Dos siglos después de la conquista, los asentamientos urbanos, suburbanos y rurales alcanzaron un notable desarrollo en Nueva España. En Veracruz españoles y mestizos mostraron un claro progreso, mientras que los indígenas durante los siglos XVI y XVII habían perdido una gran parte de su población.
La consolizadación de la plaza comercial veracruzana se logró durante este siglo, dejó de ser la puerta de entrada o salida de productos, para detonar su papel como  centro de intercambio y distribución de los mismos, el desarrollo de estas actividades comerciales propiciarón la emergencia y apoderamiento de la clase social integrada por comerciantes de origen criollo y peninsular, el cual se culmina hasta finales de la centuria, cuando se logra el Consulado en el Puerto de Veracruz.
Desde principios de siglo los ingleses  trabaron relación comercial con la Nueva España, primero a través de la pirateria y el contrabando, posteriormente lograron la firma del tratado de Utrech en 1713, en el cual se autorizaba a Inglaterra a envíar un barco anualmente con un cargamento de 500 toneladas para comerciar con las colonias españolas.
Golfo de México
Es en los últimos veinticinco años del siglo, con la promulgación del decreto de Libre Comercio de 1778, se superaron las trabas de Cádiz y el sistema de flotas, cimentándose los comerciantes veracruzanos, lo cual se tradujo en un incremento de intercambio con Europa y se expandió el Virreinato novohispano, y se logra el reconocimiento  a la relevancia e influencia que había alcanzado el Puerto Veracruzano.
En 1774 y 1791 Orizaba y Xalapa, respectivamente fueron elevadas a la categoría de villas,  siendo de las más importantes al igual que el Puerto de Veracruz; de menor importancia figuraron Pánuco, Tamiahua, Tuxpan, Misantla, Tlacotalpan, Córdoba y San Andrés Tuxtla.
En el siglo XVIII las principales actividades económicas fueron la agricultura, la ganadería y el comercio; en 1720, Xalapa organizó la primera feria con las mercancías traídas de ultramar, la cual dio un impulso al desarrollo económico, político y cultural de la futura capital veracruzana.
En 1746 el territorio veracruzano estaba dividido en jurisdicciones civiles: Pánuco, Tampico, Huayacocotla, Huauchinango, Papantla, Misantla, Xalapa, Jalacingo, Veracruz, Córdoba, Orizaba, Cosamaloapan, Tuxtla y Cotaxtla
La fortaleza de San Carlos en Perote se proyectó en 1760-1766, se propuso al Rey para almacenar provisiones, armamentos y socorros, se aprobó en 1769, se inició  su construcción el 25 de junio de 1770, la dirigieron los ingenieros Miguel Corral y Manuel de Santiesteban y se concluyó en 1777.
En Veracruz se realizaron varios intentos  infructuosos por  introducir el agua, el franciscano Fray Pedro Buseta diseñó un sistema  de acueducto, el cual permitió que las aguas de la laguna de Malibrán satisfacieran las necesidades de la ciudad; sin embargo, este abastecimiento  no fue suficiente, siendo necesaria la construcción de la obra que surtiera las aguas del río Jamapa al Puerto de Veracruz, dicha obra fue autorizada el 8 de enero de 1789,  y su presupuesto se logró hasta el 23 de diciembre del mismo año, con un arbitrio de dos pesos para ella,  por mandamiento del Conde de Revillagigedo.
En diciembre de 1791 don Antonio Ventura de Taranco expide título de Villa a favor de Xalapa,  a causa de un error se expide nuevamente el 22 de junio de 1793, este reemplazó al primero.
Es imposible dejar de mencionar la Ciudad Amurrallada concluida en 1793. La obra de amurrallado consistía en una muralla de cuatro varas de alto por una de espesor contaba con nueve baluartes, los dos de mayor antigüedad miraban al mar, así como eran los que daban al mar, siendo estos el de la Concepción y el de Santiago.  En el interior de este se encontraba la Plaza de Armas, la parroquia de la Pastora, los conventos de San Francisco, de la Merced, de Santo Domingo y el de San Agustín. Funcionaban dentro de esta los siguientes hospitales: El Betlemita, el de Montes Claros y el de Loreto. Dentro de este recinto también se situaban las plazas de Caleta, la de Loreto, la del Muelle, la de Santo Domingo, las del Mercado y del Maíz. De relevante importancia la Casa de Cabildo.
La ciudad amurallada vista desde el mar 


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